Los objetivos de la política medioambiental de la Unión Europea, en relación con la recogida y el reciclaje de pilas, baterías y acumuladores, que data del año 2006 y el objetivo mínimo para los países miembros es del 45%, un mínimo al que sólo la mitad de países están llegando.

 

El informe que contiene esta información para la Comisión Europea, destaca que cada año terminan sin reciclar y transformadas en residuos domésticos la friolera de 35.000 toneladas de pilas y baterías. Esta situación convierte en residuos unos materiales que en otras circunstancias podrían ser reutilizables, aunque a su vez supone un riesgo ambiental, puesto que la fuga de materiales peligrosos como el cadmio y el ploma son un peligro ambiental si no se reciclan adecuadamente. Para lograr una autentica economía circular esta clase de materiales deben volver a entrar en el circuito de producción.

 

 

Los países necesitan involucrar más a los ciudadanos para aumentar el número de baterías recicladas, para ello necesitan más información y mejorar el sistema de recogida. Por otro lado, de cara a la industria, se les pide que los aparatos que en su interior contengan pilas o baterías los hagan accesibles para poder ser extraídas cuando la vida útil de la misma o del propio electrodoméstico se agote.

 

 

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