Glicerina, esta substancia resultante en la elaboración del biodiesel, que actualmente no tiene mucha salida en el mercado, por ejemplo, se puede hacer jabón, pero se genera mucha más glicerina. De aspecto orgánico y graso, investigadores han descubierto que mezclado con arcilla para hacer los ladrillos le aporta propiedades aislantes gracias a la porosidad que le otorga.
El aislante de un ladrillo reside en los huecos o poros internos y la glicerina le aporta un aislante térmico mayor en los productos cerámicos. Un residuo del biodiesel al que se le puede dar un uso alternativo. El porcentaje de glicerina que contienen oscila entre el 5 y el 20%.
Según los estudios realizados, utilizando entre un 10 y un 15 por ciento de glicerina se consigue que la conductividad térmica se reduzca en un 50%. Todo ello sin perder la resistencia que se exige a estos materiales.
Otro ejemplo de cómo la investigaciones científicas pueden ayudar a encontrar salida aun desecho, un residuo industrial del que no había mucha alternativas sobre qué hacer con él.
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